Uno de esos días…

A veces hay días en los que sí, pero hay otros, de esos muy tontos, en los que no. Hoy, es uno de eso en los que no…

Días que se hacen eternamente largos aunque el tiempo pase volando, que parece que todo está igual, que no echas de menos nada ni a nadie, y sin embargo, te falta todo en ese inmenso vacío; esos días que no exiges que te comprendan porque ni tú misma sabes cómo hacerlo…justo hoy, es uno de esos días.

Mira que intento ir muy deprisa, adelantando a mis pensamientos tuyos, para no tener que escucharlos y darles la razón, pero de pronto me veo detenida frete a tus fotos, que ya no hablan, pero llenas de mensajes y todo se congela, todo se detiene y ya no me salen las cuentas. Soy la misma de siempre? Seguro que sí, esa que decanta la balanza hacia lo que da en detrimento de lo que recibe. Hay quien dice que eso es bueno, sano y que está bien bajo las leyes del Universo…pero por qué estoy tan cansada de acabar con esa cara de imbécil?
Bueno, venga, que tal vez solo sea que hoy es un mal día y cuando tengo uno de esos días tontos, todo es oscuro y borroso, y no soy capaz de ver nítido lo mucho de bueno. Calla! Y si es al revés? Que me paso los días emborronando lo malo para no perder la sonrisa y cuando no lo consigo, vence y me trae un día tonto..

Definitivamente, hoy es un día de eso, desganados, que no quieres nada o eso crees, porque en realidad me estoy muriendo por todo lo que encierra uno de esos abrazos AMIGOS, de los de verdad, sin puñales y sin precio. Uno de esos que daría yo cuando alguien lo necesita, aun sin pedirlo…pero claro, yo soy yo. Aprendiendo a fuerza de heridas, que es un error esperar que otros hagan lo que yo haría, pero no puedo evitarlo y así estoy, coleccionando cicatrices.

¿Será que exijo demasiado? Nunca menos de lo que doy….Alguien que me cuente cómo le fue el día y le interese de corazón cómo fue el mío y, que si ha sido una mierda, me de ese maldito abrazo que necesito y no solo ser yo la que siempre está lista a recoger los pedazos del otro o ser el salvavidas de sus marejadas.
Maldita ceguera voluntaria, sordera inducida, coraza fingida cuando la única respuesta es la indiferencia y te cuentas, que cada quién es como es, que hay que aceptar….cuando en realidad, pisas sobre la estrepitosa mentira que te quema los pies como brasas y te acabas preguntando: ¿Alguien me sujetará si caigo? Porque yo sí, yo sujetaría y si no, me quedaría en el suelo hasta que tuviera ganas y fuerzas para levantarse, pero claro….yo si lo haría.

Hoy es uno de esos días tontos, si, en los que la conversación frete al espejo, acaba en la conclusión de la soledad voluntaria, esperando que el reflejo te diga lo que quieres oír en realidad…
Y todo esto, seguramente, es porque hoy es uno de esos días, pero si dijera en voz alta que no estoy bien, tendría un aluvión de abrazos, no el tuyo claro, pero no quiero tener que pedir siempre lo que yo doy de corazón antes de que nadie abra la boca.

Pero….y si en vez de ser solo uno se esos días, fuera el punto de inflexión que estaba esperando para levantar la voz y que se me escuche, que sepas que si me vas a querer a ratos, mejor no me quieras; que no relleno tus horas muertas o espacios de tiempo vacíos en tu agenda; que soy todo o nada; que si tú ya no estás para mucho más…no te quepa duda que yo no estoy para nada menos.
Que un millón de palabras bonitas y vacías, con mil canciones de fondo, tal vez abren puertas aunque sean de mentira….pero también, los silencios absurdos y cobardes, dan sonoros portazos, aunque no sean verdaderas despedidas, porque los AMIGOS tal vez se alejan, pero jamás dejan de ser.

©Marilar Ruiz 2017